sábado, 31 de diciembre de 2011

CUATRO NUEVOS FRAGMENTOS PARA LA BUFANDA



En recuerdo de mi querido tío
Julio Ponce Martínez - Maestro
Represaliado al teminar la guerra civil por la dictadura de Franco, por haber combatido en el ejército de la República

En recuerdo de mi tío, JOSÉ GARCÍA PÉREZ, fogonero preferente de la Armada republicana; asesinado por las hordas militares franquistas a las 6 horas del día 15 de enero de 1.940 en el Arsenal de Cartagena.
Gracias tío por tu ejemplo y honestidad. 
Tu sobrino Jesús, al que no conociste, te recuerda con permanente orgullo.
¡¡¡No pasarán!!!

Como homenaje a los miembros de los cuerpos de Auxiliares de la Armada Republicana, gracias a quienes no pudo prosperar el golpe de estado en la Marina.



En recuerdo de la madre de mi suegra, que fue rapada y paseada por las calles como represalia por negarse a decir el paradero de su hijo, buscado por la policía de Franco.

sábado, 17 de diciembre de 2011

La bufanda, cada vez más grande

La bufanda contra el frío del olvido va creciendo cada día. Después del último fragmento recibido, que dice: "En memoria de Nicolás Pérez, expulsado de la Marina por no haberse pasado al bando rebelde, pudiendo haberlo hecho. Encausado y penado a 4 años de prisión", esperamos continuar recogiendo nuevos trozos.

Podéis enviarlos a la siguiente dirección: Asociación Memoria Histórica de Cartagena, Apartado de correos 92 - 30200, Cartagenza, o enviarnos un correo electrónico a la dirección memoriahistoricacartagena1@hotmail.com para que os digamos cómo nos lo podéis entregar.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Nuevos fragmentos para la campaña

A continuación, reproduzco los textos que acompañan a tres nuevos trozos de bufanda recibidos en la "CAMPAÑA CONTRA EL FRÍO DEL OLVIDO"

  - Este trozo de bufanda lo hago en homenaje a una vecinica muy querida que vivió en mi calle desde los años de la guerra hasta los 50 aproximadamente.
Era un matrimonio con tres hijos pequeños. El marido era militar y lo asesinaron recién acabada la guerra con lo que se quedó sola con las tres criaturas y sin medios para sobrevivir.
La pobre mujer se dedicó a traficar con el estraperlo, teniendo que viajar para poder adquirir los víveres que después vendería para poder alimentar a sus hijos.
El caso es que la cogieron varias veces (la policía) con el alijo y como castigo la tenían en prisión dos o tres días y para más castigo aún, la pelaban al rape y le hacían beber aceite de ricino.
¡Qué buenos fueron con ella!
Después se fue de la calle y no sé qué será de ella...
Probablemente ya estará junto a su marido, que también fue un hombre.

2º - En recuerdo de todas las mujeres y niños que se exiliaron a otros países y nunca regresaron.
3º - Como homenaje a los republicanos que tuvieron que exiliarse de España.


miércoles, 14 de diciembre de 2011

¡AY MI BARTOLICO!

De pequeña, los días de lluvia, mi vecina, la Señora Antonia, me invitaba a su casa, a comer migas con uvas.
La Señora Antonia, bondadosa anciana de cabellos blancos, siempre vestida de negro, nos regalaba caramelos de Hellín a los niños y niñas de la calle.
La Señora Antonia pasaba las tardes haciendo ganchillo en el recibidor de su casa mientras su marido leía el periódico. De vez en cuando levantaba la vista de la labor para dirigir miradas fugaces al interior de la contigua habitación ocupada por un despacho de estilo castellano, mientras emitía un profundo suspiro y decía en voz baja: "¡Ay mi Bartolico!"
Su Bartolico... su hijo Bartolo había sido maestro de escuela; un maestro amante de su profesión, un maestro progresista, de los que tantos había antes de la guerra. Su hijo Bartolo tenía una novia con la que cortó las relaciones, sin que nadie supiera la causa; no había habido ningún disgusto entre ellos, que se supiera; simplemente, debió darse cuenta que no era la mujer de su vida, y terminó con el noviazgo, así, sin más.
Pasado un tiempo, volvió a enamorarse, se hizo novio de otra chica y se casó con ella al cabo de un par de años. Al poco de esto, estalló la guerra.
Cuando el conflicto terminó, mucha, muchísima gente, se valió de la delación como instrumento de venganza, como medio de dar salida a los rencores...
Nadie podía imaginarse que la antigua novia de Bartolo hubiese albergado durante tantos años un resentimiento tan grande por lo que había considerado una ofensa imperdonable. Esta mujer despechada recurrió a la denuncia como medio de venganza: Apenas había sido tomada la ciudad, cuando denunció a Bartolo, su antiguo novio, por rojo, y fue apresado inmediatamente.
¡Ay, mi Bartolico! repetía la Señora Antonia recordando el dolor de aquellos días, recordando a su nuera cuando acudió a contarle que un guardián de la prisión le había mandado recado de que iban a fusilar a Bartolo al amanecer.
Era noche cerrada, cuando las dos mujeres emprendieron el camino desde Los Molinos en dirección al cementerio de Santa Lucía, donde les habían dicho que tendría lugar la ejecución.
- ¿Llegaremos a tiempo? ¡Corra madre! ¡Vayamos más deprisa! ¡A ver si llegamos!
- ¡Ay, mi Bartolico! ¿Por qué? ¿Por qué me lo van a matar?
- ¿Por qué nos habrán avisado tan tarde? ¡Corra madre! ¡A ver si llegamos a tiempo!
Y las dos mujeres corrían, corrían llevando el hatillo con la mortaja para Bartolo, corrían y corrían, seguían corriendo aunque les faltaba el aliento...
Casi un kilómetro les separaba del cementerio, cuando oyeron las detonaciones.


- ¡Ay mi Bartolico! - gritó la madre, mientras quedó paralizada en mitad de su carrera, mientras que su nuera se dejó caer al suelo, desfallecida.
Cuando llegaron, los cadáveres yacían amontonados, esperando la llegada de los enterradores. Las dos mujeres escarbaron entre los cuerpos sin vida, buscando el de su hijo y esposo. Lo sacaron arrastrando, lo alejaron del lugar en que yacían los demás, asearon su cuerpo entre sollozos, le vistieron con el traje oscuro que habían traído con ellas, mientras lloraban con desconsuelo y la vieja repetía, como una letanía:"¡Ay, mi Bartolico!"
Hace unos días, terminé de confeccionar el trozo de bufanda que hice en memoria de mi abuelo. Recordé entonces a la Señora Antonia y su repetido lamento: "¡Ay, mi Bartolico!" Su hijo Bartolo no tuvo nietos ni hijos que lo recordaran, que tejieran un trozo de bufanda en su memoria, y entonces, comencé a tejer un nuevo fragmento, esta vea, para recordar a ese fusilado que no tiene quien lo recuerde. Cuando terminé mi labor, la acompañé de una nota que decía:
A la memoria de Bartolomé Buforn, denunciado por rojo por una novia despechada, que fue fusilado en 1939 junto a la tapia del cementerio de Santa Lucía

Nueva contribución a la campaña "CONTRA EL FRÍO DEL OLVIDO"

Reproduzco a continuación la nota que acompaña a un nuevo fragmento de bufanda recibido en la Asociación Memoria Histórica de Cartagena:

jueves, 8 de diciembre de 2011

Continúan las actividades de las III Jornadas por la Memoria
 
CHARLA-COLOQUIO:
 

"La represión sobre los miembros de la Armada     Republicana"

 

 
 
Ponente: Antonio Martínez Ovejero
(Investigador e Historiador)


Martínez Ovejero Día:    Viernes 16 Diciembre


Hora:  19.00 horas 
Lugar: Salón de actos de la U.N.E.D. (Calle Ingeniero La Cierva, Cartagena)

Más fragmentos de la bufanda

En esta ocasión, el fragmento de bufanda recibido en la Asociación Memoria Histórica de Cartagena viene acompañado de este texto:
En recuerdo de mi tío, PEPE RETIRO LÓPEZ, Capitán de Artillería nacido en Lodosa (Navarra) y destinado en Cartagena, forzado al exilio en 1939, para librarse de su fusilamiento. Por ese exilio apresurado y forzoso dejó en Cartagena a su jovencisima mujer y a su hija de 23 días, quien no pudo conocer a su padre hasta la edad de 6 años cuando se reunieron en Túnez, entonces colonia francesa, renunciando definitivamente a vivir en España.

Exiliados en territorio francés

En la frontera con Francia


En el campo de concentración de Argèles sur mer

lunes, 5 de diciembre de 2011

Seguimos recibiendo fragmentos de bufanda

 Campaña"Contra el frío del olvido":
Pepa Martínez nos envía un trozo de bufanda acompañado de la siguiente nota:
"He tejido este trozo de bufanda como homenaje a mi abuelo, Enrique Martínez Godínez, que fue asesinado en un interrogatorio del SIP el 25 de mayo de 1939 en Cartagena.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Segundo testimonio de Dolores

En los primeros momentos de aparición de este blog transcribí parte del testimonio de Dolores, mujer nacida en 1919, que fue testigo de muchos de los más importantes hechos acaecidos en Cartagena durante los tiempos de la II República, de la guerra y la posguerra.
Fue acerca de esa última etapa la parte de su testimonio que reflejé entonces. Dolores falleció hace un mes, sin haber visto publicado el libro para cuya elaboración tan generosamente compartió conmigo sus recuerdos. Hoy quiero publicar en este sitio aquella parte de la entrevista que con ella sostuve que se refiere a  la  primera etapa de su relato:

En aquella época había mucha envidia… había mucha miseria… y mucha gente analfabeta. Y además, mucha gente beatona, mala… Yo lo sé porque mi tío iba con los republicanos antes de que la República llegase… iban a los campos de por aquí, y siempre les llevaban a todos, a todos los pueblos, que eran muy pobres… el Campo de Cartagena era muy pobre… Balsa Pintada, Lobosillo, todo eso… eran pobres, pobres, que no tenían ni para comer… porque era… como no llovía, claro, y eran de secano…  no tenían dinero para plantar, porque, claro, a veces, aunque lloviera, no tenían dinero  para las semillas… eran muy pobres. Y todas las chicas que venían a servir a las familias de Cartagena, venían de los campos y no sabían ni leer ni escribir, ni nada… Pues bien, mi tío y los otros republicanos, todo el cogollo de Cartagena… les daban dinero y comida, porque eran muy pobres… Eso pasaba con Corvera, que era un sitio donde vivían muy mal, y con otros muchos sitios…
Aquí, en Quitapellejos, había un diputado por Murcia, Antonio Navarro, que era maestro-escuela, y era una persona buenísima… yo no lo conocí, pero era amigo de mi tío y lo sacaron entre todos, hicieron que saliera diputado por Cartagena, para que trabajara, porque en Cartagena siempre habían mandado los militares… pero los militares de arriba… y luego, después de la guerra, con tanto como este hombre había luchado por Cartagena, la gente de Quitapellejos se portó muy mal, con él y con su familia, que lo denunciaron y todo, y si lo mataron o no, yo ya no lo sé.

Pues mira lo que te digo, tanta miseria, tanta envidia, tanta gente analfabeta, trajo lo que trajo, porque el 18 de julio vino el alzamiento, pero la verdad es que se esperaba mucho antes. Ese año, el año 36, no hubo procesiones, porque todo estaba tan mal... y cuando ya faltaba poco, empecé a ver que mi tío recibía mensajes del Arsenal.

El jefe de la Base de Submarinos, que se llamaba Vicente Ramírez era republicano, pero la mayoría de los jefes, no lo eran. Entonces, el hermano de mi tía estaba haciendo el servicio en un submarino y como entonces los marineros llevaban botas, le traía mensajes a mi tío, que era republicano radical, de Alejandro Lerroux… Yo sabía que esos mensajes eran porque estaban los jefazos queriendo rebelarse contra el Gobierno de la República, y los otros decían que habían hecho un juramento y que no, que no lo iban a quebrantar… y yo le decía - Te van a detener, Antonio, te van a detener y te van a fusilar, por eso que traes… - y él me decía - Tú te callas, tú no entiendes de esto, tú te callas - Pero yo sabía que él traía mensajes. Yo sabía que eso era peligroso, pero yo sabía que había un jaleo en el Arsenal, porque eran los unos contra los otros. La marinería estaba de acuerdo con los jefes republicanos, pero los otros no, los jerifaltes no, los jerifaltes de arriba, ¿sabes?

El culpable de todo, fue Franco, porque fue el que se sublevó, y el otro, Queipo de Llano y los generales ésos… atentaron contra un gobierno legítimo.
Todo eso lo sabíamos ya de antes, sabíamos de sobra lo que iba a pasar porque desde que empezó la República, ellos no se conformaron. Esa gente, nunca se conforma con perder.  Y no querían que las cosas cambiaran; querían que todo siguiera igual, con los analfabetos, con el hambre, con la miseria… igual que ahora, que eso es también lo que quieren ahora todos los jerifaltes y todos los ricachones, que el pueblo no salga de su agujero, que la gente no sepa, para así poder seguir con sus privilegios, y que nadie sepa para que no se les revuelvan. Así ha sido siempre, así han pasado siempre las cosas en España.


Siguen llegando los fragmentos de bufanda

Campaña "Contra el frío del olvido":

En la Asociación Memoria Histórica de Cartagena hemos recibido dos trozos de bufanda enviados por Doña Juana García.

El primer texto que los acompaña dice: "En memoria de Sebastián Heredia Hernández, fusilado el 8 de abril de 1940 en el penal de Cartagena. El trozo de bufanda ha sido elaborado por su nuera Juana García García, de 86 años".


El 2º texto dice: "Trozo de bufanda elaborado por Juana García García, de 86 años, en memoria de su padre José García Escudero, preso en la cárcel de Valencia durante cinco años, siendo aquejado de un reuma que le provocó la muerte.