jueves, 20 de noviembre de 2014

20 DE NOVIEMBRE

Treinta y nueve años desde la muerte del dictador. 
¿Recordáis esta foto, verdad? ¿Recordáis todo lo hablado acerca de ella, sobre su autoría, la manera en que llegó a la prensa, etc...?



Yo quiero traeros otras fotografías mucho menos conocidas,
las de los niños muertos en los bombardeos de Madrid, que los historiadores no incluyen entre las víctimas ocasionadas por los franquistas, porque algunos de ellos sólo atribuyen a los sublevados las matanzas de las ejecuciones.

Quiero recordar hoy, a quienes lo hayan olvidado, que las víctimas mortales de los golpistas fueron más del doble que las de los gubernamentales... Quiero recordar hoy a todas las viudas y huérfanos que no pudieron cobrar pensión... Quiero recordar a los 750.000 encarcelados de 1939...
Quiero recordar la represión física, económica, laboral, social, ideológica...Quiero recordar la marginación  de quienes perdieron... Quiero recordar lo sucedido entre el 47 y el 49, tres terroríficos años en los que, en el intento de aniquilación de toda actividad política clandestina, de
exterminio de los guerrilleros (eufemísticamente llamados "bandoleros") de los montes, volvieron los paseos, las torturas, la aplicación de la ley de fugas, los cadáveres en las cunetas, el encarcelamiento de familias enteras de campesinos...

Porque estas cosas no se nos han olvidado, porque estas fotos me  revuelven más las tripas que la foto del dictador entre cables y tubos, porque conviene recordar que hubo vencedores y vencidos, y no podemos olvidar que durante muchos años nos prohibieron llorar a nuestros muertos, mientras por doquiera se erigían monumentos a la memoria de los suyos.


Estos monumentos continúan en nuestras plazas y en nuestras calles, ante la complacida mirada de quienes ostentan el poder municipal, incumpliendo con ello la Ley de Memoria Histórica. 


Pero no parece importarle demasiado a quienes esgrimen el argumento de la necesidad del olvido.



"EL OLVIDO": Así se titula el poema de Mario Benedetti:


El olvido no es victoria
sobre el mal ni sobre nada
  y sí es la forma velada
de burlarse de la historia
 para eso está la memoria 
que se abre de par en par
en busca de algún lugar
que devuelva lo perdido
  

no olvida el que finge olvido

sino el que puede olvidar


¿Necesidad del olvido? No. Somos bastantes quienes no queremos olvidar, porque no debemos olvidar.
Continuaremos nuestra lucha contra el frío del olvido, por la recuperación de la Memoria, porque, como dice el poeta, EL OLVIDO ES LA FORMA VELADA DE BURLARSE DE LA HISTORIA




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