ITINERARIO MEMORIALISTA POR CARTAGENA
1ª etapa: La Puerta de la Serreta:
Durante los siglos XVI y XVII, Cartagena era una ciudad amurallada a la
que se accedía a través de cinco puertas, a las que se añadían dos portillos, o
brechas en los muros, llamadas puerta de la Serreta y puerta del Ángel, para
facilitar la entrada a los vecinos, sin tener que dar grandes rodeos.
Estas puertas se mantuvieron hasta que, ante la desaparición de los
antiguos peligros y la extensión cada vez mayor de la ciudad, las murallas
pasaron a convertirse en un estorbo, comenzando a derruirse a partir de 1902.
Desde entonces, el pequeño valle ubicado entre el Cerro del Molinete y
el Monte Sacro, que desde el siglo XVII se conocía como Paraje de la Serreta,
fue cambiando su fisonomía merced a la construcción de casas en que se produjo
el asentamiento de clases bajas, y la
zona pasó a denominarse Arrabal de la Serreta, y en el lugar donde estuvo la
antigua puerta, se construyó, entre 1777 y 1786 el Parque de Artillería, y la
plaza que se encontraba delante de él, antes llamada Huerto de los Carmelitas,
pasó a llamarse Plaza del Parque.
Plaza de López Pinto antes de la remodelación de 2008 |
Pero el nombre con que actualmente se conoce a dicha plaza, no es
ninguno de los que ostentó en la antigüedad. No sobrevivieron las
denominaciones de Puerta de San José, Huerto de las Carmelitas o Plaza del
Parque. Ni siquiera se le llama por algún apelativo que haga referencia al
corralón de comedias que existió en sus proximidades o a la plaza de abastos
que provisionalmente se estableció allí, hasta ser trasladada al Mercado de
Santa Florentina. El lugar se llama Plaza
de López Pinto, el nombre del general cuyo busto se encuentra ante la
fachada del antiguo cuartel, hoy sede del Archivo Municipal y del Museo
Histórico Militar.
El busto del general, antes de la remodelación de la plaza |
Busto del general, en la actualidad |
¿Quién era este general? ¿Cuáles sus méritos para que el Ayuntamiento de
Cartagena le dedique un monumento y dé su nombre a una plaza importante,
situada en el centro de la ciudad?
Según el Ayuntamiento se trata de un importante personaje histórico de
Cartagena, que fue hermano mayor de la Cofradía Marraja; según los
historiadores memorialistas se trata de un general fascista acusado de crímenes
contra la Humanidad.
Este general de Artillería, nacido en Cartagena (11 de marzo de 1876),
tomó parte, en 1902, en los trabajos de alumbrado eléctrico de las baterías de
Cartagena y tras una larga carrera militar, que había comenzado con su
incorporación, en 1890, a la Academia General Militar, fue nombrado en 1934
gobernador militar de Cartagena, cargo que ostentó hasta que el 28 de febrero
de 1936, el Ayuntamiento cartagenero solicitó su relevo, tras la multitudinaria
manifestación de más de 15.000 ciudadanos y ciudadanas, la mayor registrada en
la ciudad hasta entonces, que acompañó hasta el Ayuntamiento a los concejales
depuestos para reponerlos en sus cargos. Al término de dicha manifestación, la
corporación pidió al gobierno democrático de la República la libertad de los
presos políticos y sociales y la separación de sus cargos del contraalmirante
Cervera, Jefe de la Base Naval, y del general López Pinto, por considerarlos
enemigos de la Democracia.
¿Por qué el gobierno republicano trasladó a Cádiz a este militar
“enemigo de la democracia” en lugar de someterlo a un proceso de investigación?
Uno de tantos errores que contribuyeron a favorecer las circunstancias origen
del golpe de Estado.
El 18 de julio, López Pinto, un militar que había jurado lealtad al
gobierno y a la bandera republicana, traicionando su juramento, se unió al golpe
de estado, y siguiendo las instrucciones de Queipo de Llano, declaró el estado
de guerra en la provincia de Cádiz y se apoderó del Gobierno Civil, reprimiendo
brutalmente la resistencia de los marinos leales del Arsenal de la Carraca.
Liberó de su reclusión en el castillo de Santa Catalina a José Enrique
Varela Iglesias, que cumplía arresto militar a causa de sus reiteradas
conspiraciones contra la República, poniéndolo al mando de las tropas
sublevadas hasta hacerse con el control de la ciudad.
Tras esto, López Pinto extendió
la violenta ocupación a los pueblos de la provincia de Cádiz y parte de la de
Málaga, ordenando la muerte de niños, ancianos, mujeres y enfermos. Los
sediciosos bajo sus órdenes comenzaron una sistemática destrucción de todo lo
que oliera a República, incluyendo el exterminio, el expolio y la depuración.
La resistencia popular fue más bien escasa, por lo que en la provincia de
Cádiz, y sobre todo, en San Fernando, no llegó a haber guerra: simplemente
represión. En San Fernando se aprehendió en primer lugar a los líderes de los
sindicatos y partidos de izquierdas, así como a buen número de militares que se
mantuvieron fieles al gobierno legítimo, a algunas personas acusadas de ser
masones y al pastor protestante Miguel Blanco Ferrer, y se les asesinó. Todo
bajo las órdenes del “artillero y marrajo” López Pinto.
13.500 gaditanos juzgados por “rebelión militar”, de los que, 3071,
fueron fusilados y hechos desaparecer en fosas comunes por orden suya.
Restos humanos en una fosa común en El marrufo |
Fue responsable del bombardeo de Cartagena en octubre de 1936.
Continuó ordenando la represión en la provincia Cádiz, por medio de las
tropas legionarias que corrieron por toda ella en busca de botín y de mujeres
guapas, hasta diciembre de 1976, en que pasó a Burgos, para, siguiendo órdenes
del general Franco, encargarse de la dirección de las operaciones que
presidieron y desencadenaron la rotura del Cinturón de Hierro destinado a la
defensa de Bilbao, entrando en esta plaza el 9 de junio de 1937 y extendiendo a
ella el terror y haciendo lo mismo en Santander, que conquistó el 27 de agosto
de ese mismo año.
Entrada de los franquistas en Bilbao |
En 2009, la ASOCIACIÓN MEMORIA HISTÓRICA DE CARTAGENA, organizó una
concentración ante el busto del general golpista, pidiendo su retirada,
amparándose en la Ley de Memoria Histórica.
Concentración en diciembre de 2009 |
Con anterioridad, la concejala socialista Caridad Rives, había recordado
al Ayuntamiento, con motivo de la reciente remodelación de la plaza, la citada
Ley de la Memoria Histórica, diciendo que era éste el momento idóneo para
retirar el busto de la recién remodelada plaza, así como la placa que le daba
el nombre del general, pero la corporación del partido Popular se negó a ello.
Plaza de López Pinto durante la remodelación |
El cuartel convertido en museo, y la plaza renovada |
Concentración en diciembre de 2009 |
Tras la manifestación organizada por la asociación memorialista, el
teniente de alcalde y viceportavoz del Gobierno Municipal José Vicente
Albaladejo, manifestó “No sé si López Pinto era franquista, pero desde luego,
su busto está ahí desde no sé cuándo y no vamos a quitarlo porque lo pidan
cuatro señores con una bandera republicana”
Fuera nombres y símbolos franquistas de nuestras calles |
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