Antonio Benaiges era un maestro que, en la década de los treinta, trabajaba con la pedagogía Freinet.
Militante socialista y colaborador de periódicos y revistas, defendía en sus artículos el régimen republicano Destinado en una escuela de Briviesca, tuvo la mala suerte de, a pesar de ser época de vacaciones estivales, encontrarse allí en el momento de la sublevación fascista del 36, por lo que fue detenido, torturado y fusilado.
Con motivo del homenaje que se le rindió por parte de los docentes este verano, reproduzco a continuación el artículo que, sobre él, ha escrito Sebastián Gertrúdix Romero de Ávila:
Antonio Benaiges, un maestro
nacido en Mont-roig del Camp, provincia de Tarragona, se encontraba el día 19
de julio de 1936 en Briviesca, provincia de Burgos. Era maestro de Bañuelos de
Bureba, un pequeño pueblo de la comarca. Aunque ya era tiempo vacacional
continuaba allí porque estaba buscando un autocar para llevar a sus alumnos de
Bañuelos a conocer el mar. Se lo había prometido, dado que ninguno de ellos lo
habían visto nunca.
El maestro había llegado al pueblo
el curso anterior provocando una verdadera revolución con su forma de trabajar.
Seguidor del maestro y pedagogo francés, Celestín Freinet, compró una imprenta
para sus alumnos y empezó a editar libros y revistas construidos entre todos.
Los niños y niñas de aquel pueblecito, dedicado a la agricultura y dominado por
una cultura anclada en el pasado, con algunos padres que eran incluso reacios a
que sus hijos fueran a la escuela porque debían ayudarles en las faenas de
labranza, se convirtieron, gracias al maestro, en escritores e impresores de
libritos que reflejaban su propia vida, sus intereses y sus sueños.
Gracias a la correspondencia
escolar, se intercambiaban revistas y trabajos con alumnos y alumnas del resto
de España y de algunos países de Europa y de América. Eran ciudadanos del
mundo.
Antonio Benaiges fue un maestro
comprometido con los cambios que había traido la República. Militante
socialista, colaboraba en actos y escribía en periódicos y revistas,
defendiendo al nuevo régimen. Como maestro, sus artículos en la revista
“Colaboración”, de carácter pedagógico, reflejaban un conocimiento de las
técnicas Freinet y un entusiasmo por su trabajo, poco comunes. Era tal su
compromiso con la educación que incluso impartía clases por la noche a los
jóvenes y adultos del pueblo que habían recibido una educación deficitaria. No
tenía horario.
Pero, ¡ay!, este comportamiento
importunaba al poder establecido, ponía en danza la estructura caciquil y
también el dominio que la Iglesia ejercía en toda la comarca. Los poderosos le
tenían muchas ganas.
El mismo día 19, fue arrestado y
torturado. Lo pasearon por Briviesca en un coche descapotable para que sirviera
de lección a la gente, para sembrar el miedo y, a los pocos días (se piensa que
fue el 25) lo llevaron a los montes de la Pedraja y lo fusilaron junto a otros
detenidos. Allí mismo los enterraron.
En el verano de 2010 se procedió a
la apertura de una fosa común en la Pedraja, gracias a los esfuerzos y
gestiones realizados por la Agrupación de Familiares de las Personas Asesinadas
en los Montes de la Pedraja. Se rescataron 104 esqueletos y, por informaciones
de algunas de las personas que acudieron al lugar en busca de sus familiares
desaparecidos, se pudo prácticamente certificar que uno de ellos debía
pertenecer al maestro.
Desde entonces hasta hoy, la
recuperación de su memoria no ha hecho más que crecer gracias a la publicación
de un libro con su historia, la filmación de un excelente documental, una serie
de homenajes de algunos Movimientos de Educadores a nivel nacional (el
Movimiento Cooperativo de Escuela Popular colocó este verano una placa en la
fachada de su escuela en Bañuelos) e internacional (la Federación Internacional
de Movimientos de Escuela Moderna ha creado una beca con su nombre para
profundizar en la pedagogía Freinet).
Finalmente, también se ha creado
la “Asociación Escuela Benaiges” que está trabajando para recuperar totalmente
su memoria y que cada vez tiene más asociados.
Para acabar esta reseña, queremos
dejar bien claro que, cuando hablamos de recuperar la memoria histórica, no lo
hacemos con ninguna intención revanchista. Lo único que pretendemos es honrar a
todos aquellos hombres y mujeres que murieron por defender unos valores
democráticos y que merecen ser enterrados y honrados por sus familiares y
amigos como cualquier ser humano. Antonio Benaiges, junto a las demás víctimas
de la Guerra Civil cuyos cadáveres no han sido aún recuperados, merecen
descansar en paz allá donde decidan sus seres queridos.
Gracias por la entrada!!! salut!
ResponderEliminarSeria fantástico que pusieras el título del libro y del documental junto con sus autores, así la historia de Antoni llegaría más lejos.
ResponderEliminargracias