domingo, 19 de enero de 2014

LA PLAZA SAN FRANCISCO


No sé qué criterios han guiado las obras de remodelación de la Plaza San Francisco en Cartagena, a qué intereses han obedecido.


Se podía haber abordado la peatonalización de la zona de manera diferente.
Recuerdo la petición en change.org que muchos ciudadanos firmamos, dirigida al concejal de infraestructuras en la que se le pedía que no se eliminasen los elementos de interés que la caracterizaban, que no se gastasen un millón de euros en una gran explanada de piedra con farolas último modelo poco acordes con la arquitectura del entorno, que se respetara el valor patrimonial e histórico de la plaza...



En tiempos de crisis es verdaderamente demencial que la administración local aborde un gasto tan desorbitado en un proyecto que ni tan siquiera recogía el acceso del público a los restos arqueológicos de su subsuelo.

De nada sirvió la petición.

Ahora, cuando ya queda poco para terminar las obras, circulan por Internet unas fotos del refugio de la guerra civil que también se encontraba bajo la plaza, lo mismo que los restos arqueológicos citados.


Desde las excavaciones de 1985, los técnicos sabían de su existencia, a pesar de que lo ignorara la mayoría de la población, enterada de ello a través de dichas fotos; población que se sorprende de que no se haya aprovechado la ocasión que la remodelación brindaba para favorecer el que este referente histórico sea puesto en valor, lo mismo que los restos de las tabernas y antiguas tiendas situadas en torno al foro romano, y que se hayan bajo  las ruinas del convento de San Francisco, construido en el siglo XVI y demolido en tiempos de la desamortización del siglo XIX.

El Ayuntamiento puso pegas a la solicitud que hizo el profesor Sebastián Ramallo, en nombre de la UMU, para investigar estos restos, pues no se quería que la investigación interfiriera en las obras de remodelación de la plaza.

El caso es que todo lo aparecido se ha cerrado. Los restos no han sido destruidos, pero estas muestras de nuestro patrimonio histórico no se abrirán a la visita del público.

El proyecto no acaba aquí, sino que los quioscos existentes han sido desplazados y se abrirá uno de función hostelera en el centro de la plaza. Las mesas y sillas de este establecimiento sustituirán a los antiguos bancos, de modo que los transeúntes no se podrán sentar para disfrutar del entorno de la plaza, a menos que paguen por su consumición.

Nueva muestra del saber hacer de nuestros gobernantes municipales, que impiden a los cartageneros gozar de unos momentos de descanso en un espacio público que durante tantos años venían utilizando.














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