domingo, 26 de febrero de 2012

FIN DE CAMPAÑA "UNA BUFANDA CONTRA EL FRÍO DEL OLVIDO"






Sábado, 25 de febrero: A las 12 de la mañana, en la Plaza del Icue, de Cartagena, ha tenido lugar el acto final de la campaña "Una bufanda contra el frío del olvido", que coincide también con el último acto de las IV Jornadas por la Memoria organizadas por la Asociación Memoria Histórica de Cartagena.


En el suelo se colocaron dos pancartas en las que figuraban los nombres de las personas en cuya memoria se había tejido cada fragmento de bufanda.
Sobre ellas, una tercera pancarta, con el lema "UNA BUFANDA CONTRA EL FRÍO DEL OLVIDO"


 La campaña se inició con el propósito de llevar a cabo una acción en contra del olvido, del silencio sistemático al que se viene reduciendo la memoria de aquellos españoles y españolas que perdieron su vida o sufrieron la prisión, el exilio o la pérdida de su puesto de trabajo, que fueron sometidos a la humillación, por el hecho de haberse puesto del lado de la legalidad vigente, defendiendo al Gobierno legítimamente constituido contra el golpe militar fascista de 1936. En octubre, cuando se comenzó la campaña, propusimos que nuestra lucha por la VERDAD, JUSTICIA Y REPARACIÓN, se concretara en un símbolo tangible: “Tejer una bufanda contra el frío del olvido”.

Se propuso como una acción colectiva, un trabajo a realizar entre todas las personas sensibles ante el tema de la Reivindicación de la Memoria Histórica, para que cada una de ellas tejiera un trozo de bufanda utilizando la técnica, el material o el color que prefiriese. Con cada fragmento se pretendía rescatar del olvido a una persona o grupo de personas que hubiera sufrido la represión.
Hoy, por fin, nos hemos reunido para recopilar los trozos de bufanda.
Después de una breve introducción sobre nuestras motivaciones, a cargo de Josefina Pérez, miembro de la junta directiva de la Asociación Memoria Histórica de Cartagena, se ha leído por parte de los asistentes el texto que acompañaba a cada fragmento de bufanda, en medio de un ambiente de contenida emoción.

Se han recitado unos poemas de Manuel Martínez Norte, Marcos Ana y Luis García Montero, bastante apropiados al marco de la actividad.
A continuación, por si queréis consultarlos, os transcribo los textos que se han leído durante el acto:

1: Baltasar Sánchez Huertas:

Cabo fogonero del “José Luis Díez”, encarcelado en varios campos de concentración franceses. Sufrió la II Guerra Mundial, exiliado en _Francia durante 40 años.

2: Encarnación González Martínez:

Republicana y comunista, casada con Baltasar Sánchez Huertas, cabo fogonero del José Luis Díez. Tanto su marido, como su padre y hermanos, fueron encarcelados y condenados a muerte, penas que años después fueron conmutadas. Perdió a su hijo, Lenin Sánchez González, con cinco años, en 1940, por las consecuencias del hambre y la guerra. Exiliada en Francia durante 40 años

3: Familia Soriano González, republicanos y comunistas:

Ramón, jornalero de Bazán, y Matilde, intentando sobrevivir con cinco hijos: Libertad y Fraternidad, las dos hijas mayores, a las que bautizaron con cinco años, teniéndolas que llamar Julia y Mª Paz; y Alfonso, Fermín y Ramón.
Los adultos sufrieron las consecuencias de la guerra y todos, mayores y pequeños, las penurias de la posguerra y la dictadura, con hambre, vejaciones, encarcelamientos, registros y, sobre todo, un eterno SILENCIO y MIEDO.

4: Fermín González Martínez:

Republicano, herido en la batalla del Jarama, encarcelado en Argèles. Luchó en la Resistencia Francesa y vivió en el exilio hasta su muerte. Nunca regresó a Cartagena.

5: Antonio Sánchez Tomás:

Nació en 1931. Fue un niño en la guerra, sufriendo, así, todas sus consecuencias; además de ser hijo de un marinero republicano, silenciaron su juventud. En 1961 fue uno de los 45 hombres que se organizaron en Cartagena para formar las primeras Comisiones Obreras de la Región de Murcia. Nunca lograron que agachara la cabeza.

6: Julio Martínez Romero:

Miliciano, luchó en El Ebro, cruzó a Francia por los Pirineos y, después de permanecer en campos de prisioneros en la frontera, luchó con la Resistencia contra el nazismo. Murió en el exilio y nunca supo que la Democracia llegó a España.

7: Francisco Blázquez Sánchez:

Jefe de la Policía Local de Cartagena, leal a la República. Fusilado en Murcia a la edad de 39 años el 29 de mayo de 1941, dejando a su viuda, Francisca Soriano Salmerón, con 5 hijos: Andrés, Uchi, Francisco y Angelita.



8: Francisco Sarti (padre),  Francisco Sarti (hijo), Eduardo Sarti,
Enrique Martínez Godínez:

Este trozo de bufanda con la bandera republicana está hecha con mucho amor, en memoria de mi abuelo Francisco Sarti, que fue exiliado a Extremadura por haber sido Presidente del Sindicato de Comercio de UGT, en Cartagena.

En memoria de mi padre, Francisco Sarti, que estuvo 3 años preso en el penal (Antiguo CIM) por el hecho de haber sido del Ejército Republicano.

En memoria de mi tío Eduardo Sarti, que tuvo que exiliarse a Francia por sus ideas republicanas.

En memoria de mi tío abuelo Enrique Martínez Godínez, asesinado en el penal el 25 de mayo de 1939


9:  José Fernández Navarro, Vicente Criado Gabeiras, Francisco Poza Olives, Moreno Ruiz, José Álvarez:

El trozo Rojo es en recuerdo de mi padre, José Fernández Navarro, marino de la Armada Republicana, con 30 años de exilio.

El trozo amarillo es en recuerdo de Vicente Criado Gabeiras, marino de la Armada Republican, superviviente del Campo de Concentración de Mauthaussen, con 40 años de exilio.

El trozo morado es en recuerdo de: Francisco Poza Olives, Moreno Ruiz y José Alvarez, marinos de la Armada Española exiliados, y asesinados a palos en el camp de Hadjerat M’Guil (Argelia) en 1942.


10: Julio Ponce Martínez,

En memoria de mi querido tío Julio Ponce Martínez, maestro, represaliado al terminar la guerra civil por la dictadura de Franco, por haber combatido en el Ejèrcito de la República.

11: Por la anulación de los juicios franquistas:

Con este trozo de bufanda quiero expresar un deseo y una petición, de algo que continúa en el olvido: La anulación de  la farsa de tanto juicio injusto y falso, contra tantas y tantas personas que llevó a la ejecución de unas y a la represalia para otras muchas, con el único delito de tener ideas diferentes a las de los vencedores. HAY QUE LIMPIAR SU MEMORIA.
Una mención al juicio de Miguel Hernández, que siguen sin querer anularlo, a pesar de las voces que se han levantado para que se restituya la verdad.




12: Sebastián Samper García:

En recuerdo de Sebastián Samper García, padre de mi esposo al que nunca conoció, ya que fue enviado al frente cuando su hijo contaba poco más de un año. Caído en el frente de Ciudad Real en febrero de 1939, según fría notificación postal recibida por su esposa.

13: Sebastián Heredia Hernández

En memoria de Sebastián Heredia Hernández, fusilado el día 8 de abril de 1.940, en el penal de Cartagena. El trozo de bufanda ha sido elaborado por su nuera Juana García García, de 86 años.

14: José García Escudero:

Trozo de bufanda elaborado por Juana García García, de 86 años, en memoria de su padre, José García Escudero, preso en la cárcel de Valencia durante 5 años, siendo aquejado de un reuma que le provocó la muerte.




15: Pedro Rodríguez Peña:

Como homenaje a mi abuelo, Pedro Rodríguez Peña, delineante de la Sociedad Española de Construcción Naval desde los 14 años, que por ser persona liberal y de izquierdas, fue apresado en 1939 y encarcelado en San Antón, primero, y en Belchite (Aragón), después, durante más de 26 meses en total. En la fría cárcel de Aragón contrajo una bronquitis que lo acompañó hasta su muerte. Consecuencia de aquello perdió los 25 años de antigüedad que tenía en su trabajo y su mujer e hijas pasaron numerosas penurias.

16: Pepe Retiro López:

En recuerdo de mi tío Pepe Retiro López, capitán de artillería, nacido en Lodosa (Navarra) y destinado en Cartagena, forzado al exilio en 1939, para librarse de su fusilamiento. Por ese exilio apresurado y forzoso, dejó en Cartagena a su jovencísima mujer y a su hija de 23 días, quien no pudo conocer a su padre hasta la edad de 6 años, cuando se reunieron en Túnez, entonces colonia francesa, renunciando definitivamente a vivir en España.
17: A mi vecina:

Este trozo de bufanda lo hago en homenaje a una vecinica muy querida, que vivió en mi calle desde los años de la guerra hasta los 50, aproximadamente. Era un matrimonio con tres hijos pequeños. El marido era militar y lo asesinaron recién acabada la guerra, con lo que se quedó sola con las tres criaturas y sin medios para sobrevivir. La pobre mujer se dedicó a traficar con el estraperlo, teniendo que viajar para poder adquirir víveres.
Varias veces la cogió la policía, la encarcelaba dos o tres días, la pelaban a rape y le hacían beber aceite de ricino ¡Qué buenos fueron con ella!
Después se marchó de esta calle y no sé que será de ella… Probablemente estará con su marido, que también fue un buen hombre.





18: Ángel Ros Cases:

En memoria de los fallecidos en la explosión del acorazado Jaime I, y en particular, el hermano de mi abuela, Ángel Ros Cases, Auxiliar 1º maquinista de la Armada.

19: Enrique Martínez Godínez:

He tejido este trozo de bufanda como homenaje a mi abuelo Enrique Martínez Godínez, que fue asesinado en un interrogatorio del SIP, el 25 de mayo de 1939, en Cartagena.

20: Bartolomé Buforn García:

En recuerdo de Bartolomé Buforn García, denunciado por rojo por una novia despechada, y fusilado en la tapia del cementerio en 1939.

21: Auxiliares de la Armada:

Como homenaje a los miembros de los cuerpos de auxiliares de la Armada Republicana, gracias a quienes no pudo prosperar el golpe de estado en la Marina.


22: Exiliados Republicanos:

En memoria de todos los exiliados republicanos.

23: Don Manuel:

A mi maestro Don Manuel, quien se vio obligado a abandonar su Andalucía natal, desterrado por el Franquismo para vivir en un pequeño pueblo donde brindó su sabiduría y conocimientos a los niños de la época.

24: A las mujeres republicanas:

En memoria de las mujeres republicanas, humilladas por las fuerzas franquistas, obligadas a pasear rapadas al cero por las calles, y a perder sus honrados trabajos.

25: Antonio Gómez Sánchez

En memoria de mi abuelo Antonio Gómez Sánchez, encarcelado por una idea opuesta al régimen, encubierta por un falso robo que nunca cometió. El franquismo le arrebató la vida tras dos largas estancias en prisión, que lo devolvieron a su hogar enfermo y moribundo, falleciendo poco después.


26: Niños de la guerra

En memoria de aquellos niños de la guerra cuyos padres tuvieron que enviar fuera de un país bañado en sangre, hacia la lejana y fría Rusia, para que tuvieran una suerte mejor que a la que a ellos les deparaba el destino.

27: José García Pérez

En recuerdo de mi tío, José García Pérez, fogonero preferente de la Armada Republicana, asesinado por las hordas militares franquistas a las 6,00 horas del día 15 de enero de 1940, en el Arsenal de Cartagena. Gracias tío, por tu ejemplo y honestidad. Tu sobrino Jesús, al que nunca conociste, te recuerda con permanente orgullo ¡¡¡NO PASARÁN!!!

28: Cecilia

En recuerdo de la madre de mi suegra, que fue rapada y paseada por las calles, como represalia por negarse a decir el paradero de su hijo, buscado por la policía de Franco.

29: Huérfanos de la guerra

Trozo de bufando tejido en memoria de los sufrimientos de los huérfanos de la guerra.

30: Mujeres y niños:

En memoria de todas las mujeres y niños que se exiliaron a otros países y nunca regresaron

31: Exiliados

Como homenaje a los republicanos que tuvieron que exiliarse por haber defendido sus ideas.

32: A mi padre: 

En memoria de mi padre que sufrió en campos de concentración y luchó por la democracia y la libertad.

33: Por todos los que sufrimos la etiqueta de “rojos”

Siempre fui etiquetado como hijo de un rojo, desafecto al régimen

34: Nicolás Pérez Gómez:

En memoria de Nicolás Pérez Gómez, expulsado del cuerpo militar, encarcelado durante casi cuatro años y represaliado durante toda su vida por defender sus ideales.

 
35: Diana Mingorance:

En memoria de mi amiga Diana Mingorance, con la que tuve el placer de compartir tantos ratos. Militante comunista, luchó por la libertad y la defensa de Madrid, integrándose en el batallón Telman a los 19 años de edad. Es detenida en el año 1948 y juzgada por un consejo de guerra. De nuevo en libertad, vuelve a ser detenida en 1954. Hizo de su vida un ejemplo a seguir. Gracias Diana.


36: Manuel Martínez Norte:

En memoria de un gran hombre, comunista libertario, Manuel Martínez Norte, dirigente del Frente Popular, concejal republicano del Ayuntamiento de Cartagena. Un hombre que dedicó su vida al servicio de sus ideas. Después de su largo periplo por campos de concentración, exilio y cárceles españolas, volvió a Cartagena alrededor de los años setenta, conociendo a su hijo, que ya tenía más de 40 años .

37: Al Exilio Interior:

En memoria de todos aquellos y aquellas que, aun sin salir de su tierra, se vieron postergados, enmudecidos y vilipendiados por haber pertenecido a los vencidos, manteniendo sus bocas selladas para siempre.

38: Jesús Navarro Ruesca:

A Jesús Navarro Ruesca, oficial de Infantería de Marina de la República, expulsado de la Marina y duramente represaliado como consecuencia de su fidelidad al gobierno legítimamente constituido.


39: Vicente Almor Llisterri,
Vicente Almor Llisterri, maestro nacional, militante de Izquierda Republicana, fue represaliado al término de la Guerra Civil por el bando franquista. Tras pasar por diversos penales, cuando regresó al pueblo, Navarrés (Valencia), tuvo que ponerse a dar clases en forma particular ya que el régimen franquista le había “retirado” su condición de maestro nacional por apoyo, curiosamente, “a la rebelión”. La bonhomía de Vicente y su intensa dedicación a la enseñanza de los más jóvenes, consiguió que las autoridades del lugar miraran hacia otro lado para que él pudiera mantener a su familia dando clases privadas en horario escolar a una gran cantidad de niños del pueblo que, lógicamente, preferían asistir a sus lecciones que a las de la escuela unitaria oficial. Muchos años después, casi al final de sus días, Vicente Almor fue “rehabilitado” y tuvo que desplazarse a otro pueblo de Valencia, Tabernes de la Valldigna, para poder cubrir su cuota de años trabajados y cotizados para poder cobrar una mísera pensión. Esta era, también, la miserable España de Franco.



40: Sebastiana Escudero y Manuel Rodríguez

En recuerdo de mis abuelos Sebastiana Escudero y Manuel Rodríguez; él, porque ser republicano le supuso la cárcel, las palizas y el destierro; ella, porque mientras él permaneció en la cárcel, enterró a sus dos hijos gemelos siendo aún bebes, y aguantó el estigma de ser la mujer de un rojo. Porque cuando él salió de la cárcel tuvieron que huir de su pueblo, Quesada, en Jaén, desterrados y bajo amenazas, dejando atrás a su familia y todo lo que conocían. Porque después de todo nunca hablaron con rencor de todo aquello, aunque sí con mucho miedo. Miedo que no los abandonó mientras vivieron. Porque a sus descendientes esta historia nos llegó entre susurros, como si se hubiera quedado enterrada en el pueblo del que huyeron. Esto es para mis abuelos a los que quise mucho y de los que muy pocas personas conocían su historia de verdad. Esto es para mis abuelos por ser valientes y seguir a pesar de todo. Esto es para mis abuelos, que nunca regresaron a su pueblo.

41: A quienes lucharon por la Libertad

La memoria no desaparece; el olvido es un cambio de relación con ella,
una falta de uso, una distancia… En nuestro país  han trabajado sin
descanso los” organizadores del olvido”, pero el recuerdo de los seres
queridos, de las injusticias, de los atropellos, permaneció latiendo,
esperando una nueva primavera, un brote, una grieta por la que
comenzar  a destejer el manto tenebroso del olvido. Gracias por vuestro
sacrificio, y vuestra lucha  en defensa de la LIBERTAD.

42: Pedro Adrover Gómez

En recuerdo de Pedro Adrover Gómez, militar republicano y masón, que fue fusilado el 6 de julio de 1939, sin otro delito que el de haber sido fiel a su juramento constitucional

43: A las mujeres luchadoras:




Mi abuela de 87 años “Maria” ha elaborado dos banderas republicanas …ella no sabe qué significan estos colores , ni sabe qué significa la memoria, ni el olvido. 
Una mujer de su tiempo, tiempo de ignorancia, de hambre, de duras jornadas en el campo, de  “tareas del hogar” cuidado de las hijas e hijos  y la “dedicación” a su marido; para ella misma, nada….. educación básica y escritura apenas legible.
 -Abuela tienes que tejer una bufanda, para las víctimas del franquismo- le dije…- y tras años de inactividad textil por su vista cansada y sus manos torpes y doloridas, se puso a ello porque su nieta inquisidora la obligó a recordar… y contar su historia en un ejercicio contra la demencia senil.
-Abuela- Le contaba yo mientras ella me pegaba una paliza y avanzaba rapidísimamente con su bufanda mientras yo ya había desistido… Abuela, esta bufanda se la vamos a dedicar a todas las mujeres que lucharon de una manera u otra…-Si hija… tú di lo que quieras…-
 DEDICATORIA:
 A Rosario dinamitera, Aida la Fuente, las 13 rosas, las 17 rosas andaluzas y tantas rosas más... a las milicianas, a las de la retaguardia, a las de la organización del movimiento clandestino dentro y fuera de las cárceles... a las invisibles,a la .........pasionaria, a Dulce Chacón, por despertarnos con su voz dormida... a las que tras el 39 recorrían caminos vestidas de negro visitando a sus presos/as si seguian vivos/as, a las rapadas que paseaban por los pueblos y no en el tontódromo precisamente, a las que seguís en las cunetas... a las maestras de la república, a las mujeres que vinieron con las Brigadas Internacionales,a las reporteras de guerra como Gerda Taro que murió en el frente de Brunete,.. .. y tantas otras... GRACIAS, verdad justicia y reparación.

44: Marcelino Solana Crevillent

El oficial Primero de torpedos Marcelino Solana Crevillent estaba casado y tenía cinco hijos. Lo encerraron en el penal y en septiembre, el consejo de guerra, lo condenó a la pena de muerte por adhesión a la rebelión.

45: A las mujeres del silencio

A todas las mujeres que sufrieron el escarnio y la humillación, por el solo hecho de tener en su familia a un detenido, fusilado o represaliado (padre, hermano, marido, hijo…) recayendo, sobre ellas, además, la difícil tarea del  sustento familiar.

47: A José Aguilar Martínez:

Dedico este trozo de bufanda a mi tío-abuelo José Aguilar Martínez, Auxiliar de Oficinas de la Armada republicana, militante comunista, encarcelado y condenado a cadena perpetua por haber luchado en defensa de la II República. Salió de prisión, indultado, cuando se encontraba gravemente enfermo por las penurias que sufrió durante su encierro, falleciendo poco después.

48: Exiliados

Como homenaje a los republicanos que tuvieron que exiliarse por haber defendido sus ideas.

49: A los cartageneros represaliados:

En memoria de todos los cartageneros represaliados por defender la II República y luchar por la Libertad

50: A Francisco Vivó:

Como homenaje a Francisco Vivó Ruiz, encarcelado por haber sido masón, que murió en prisión a consecuencia de los malos tratos que sufrió
 
51: A la memoria de mi abuelo Francisco Cobacho Castejón

Tengo dos recuerdos de mi abuelo, un hueso de aceituna tallado en forma de zueco, hecho por él en prisión, y una moneda antigua que llevaba de amuleto. Esos dos recuerdos han viajado en el tiempo como un legado de mi abuelo, pero también en el tiempo han viajado algunas ideas que me han trasmitido su experiencia y sus vivencias. Mi abuelo fue fusilado una mañana, como tantos otros, junto a la tapia del cementerio; delante de algunos de sus familiares y eso le libró de ir a una fosa común como han ido tantos otros …..
            De las vivencias de mi abuelo he heredado algunas ideas: no se puede ser encarcelado sin un juicio justo… somos seres racionales y la ley del talión no puede aplicarse….los gobernantes deben usar su poder a favor de todo su pueblo, deben respetar todas las ideologías y acatar la voluntad soberana del pueblo, y si no lo hacen se convierten en tiranos y dictadores y por ello deben ser castigados sea cuando fuera…. el respeto por la vida humana debe prevalecer sobre todas las cosas ….la libertad y la lucha de nuestras ideas no puede convertirse en un arma frente a los hermanos ….
            Podría hacer una lista muy larga de todo lo que ha significado aquella experiencia de mi abuelo, por eso no quiero olvidar lo que ocurrió, por eso estoy aquí este día y por eso quiero dejar este legado a los que me continúen. Porque creo en el ser humano y su evolución, y hechos como los que se vivieron por nuestros abuelos continúan produciéndose hoy en día, y entiendo que es nuestra obligación y nuestra herencia seguir denunciando estos hechos, no por venganza, como quieren hacer ver muchos, no por justicia, como quieren utilizarla algunos, SI COMO PROGRESO Y EVOLUCION para que nuestros hijos hereden un mundo más justo y con más bienestar para todos y no para algunos pocos.

52: A las mujeres republicanas:

Tejo este trozo de bufanda pensando en las valientes mujeres republicanas, mujeres que rompieron moldes, mujeres del pasado que nos marcaron el camino a las mujeres del futuro, que nos enseñaron que teníamos los mismos derechos que los hombres y debíamos luchar por ellos, mujeres como Victoria Kent, Clara Campoamor, Dolores Ibárruri o Federica Montseny, que pasaron a la historia, pero, sobre todo, a las mujeres cuyo nombre nunca se imprimió, mujeres y mujeres anónimas que lucharon con entusiasmo por su acceso a la educación y la cultura, por sus derechos laborales, por conseguir un mundo nuevo para sus hijos y sus hijas, mujeres que no merecen ser olvidadas por la Historia.

53: Fernando Soler

Fernando Soler Pallarés, militante socialista, masón, luchador por la extensión de la cultura a las clases populares, fue alcalde republicano de Cartagena durante el 1938. Exiliado en los primeros momentos de la posguerra, sufrió innumerables penurias en el campo de concentración. A su regreso a España fue juzgado y encarcelado por auxilio a la rebelión. Salió de la cárcel gravemente enfermo, y no se recuperó de sus enfermedades hasta el día de su muerte.

54: Antonio Oliver Belmás:

Antonio Oliver Belmás, fundador de la Universidad Popular de Cartagena, para instruir a los adultos de la clase proletaria; insigne poeta, al que pertenecen estos versos:
No dejes que los sentidos
me rindan en la batalla.
¡Señor mío! No me niegues
concordia de cuerpo y alma
Su actividad política y literaria se extendió a diversos diarios y revistas literarias nacionales e internacionales. Durante la guerra prestó sus servicios profesionales en gabinetes telegráficos, dirigiendo la emisora de radio. Después de la guerra tuvo que utilizar seudónimos para publicar sus obras, mientras residía clandestinamente en Murcia.

55: Tomás Moreno Guillén:

Tomás Moreno Guillén, a quien descubrieron una octavilla de Unión Nacional en el bolsillo superior de la chaqueta, cumplió 12 años de cárcel tras ser condenado a cadena perpetua.

56: Alfonso Martínez Peña:

A Alfonso Martínez Peña, el último fusilado en Cartagena en 1945, por delito de rebelión militar. Detenido por escuchar las emisoras clandestinas y repartir hojas de propaganda de Unión Nacional

57: Antonio Mercader Cañabate:
Maestro de escuela represaliado; fue detenido en 1944 y condenado a prisión en la misma causa por la cual fue condenado a muerte Alfonso Martínez Peña

 
58: Antolín Liarte

Maestro represaliado. Más de 15 años de cárcel. Su bondad y generosidad hacen que su recuerdo no se borre de la mente de cuantos le conocieron


59: María Concepción Plácida

A mi bisabuela, María Concepción Plácida: Miembro del Partido Comunista, represaliada por el franquismo. Rapada, presa y marginada durante toda su vida por su fidelidad a la República. Siguió siendo militante en la clandestinidad, actuando como correo. Su actividad continuó hasta el final de su vida.

60: Fanny Edelman:
A la memoria de Fanny Edelman. En 1934 se afilió al PC y luchó en la Guerra Civil Española. Militante hasta el último minuto, fue una activa luchadora por los derechos humanos. Presidenta honoraria del Partido Comunista, murió a los 100 años de edad, tras una exhaustiva trayectoria de luchas, cárceles, internacionalismo, solidaridad e intensa labor intelectual y política”. Si la militancia ha cobrado un renovado vigor, de ella puede decirse que fue la militante eterna.

61: Hermanos Maturana:

Salvador y Gabriel Maturana, oriundos de La Unión, se vieron obligados a exiliarse, no pudiendo volver a su tierra, hasta los años sesenta. Mientras estuvieron en el exilio fueron un punto de referencia para todos los exiliados que cuando pasaban por Londres se dirigían a su librería.




62: Juan Román:

Honor a la palabra dada; entereza física y mental, hacen de este hombre un personaje digno de ser recordado. Juan Román, condestable de la Armada; andaluz que pasó sus últimos años entre nosotros, después de haber vivido un largo exilio (de 1939 a 1968). Un sentido y cariñoso recuerdo de quienes le conocimos

 
63: Camilo Campillo y Pedro Cerezuela:

Camilo Campillo López y Pedro Cerezuela Navarro fueron procesados por el delito de auxilio a la rebelión y maltrato de obra a superior. Se les acusaba, falsamente, de haber presenciado los fusilamientos en Málaga de los oficiales del Lepanto. Fueron declarados culpables y condenados a muerte. Su ejecución se llevó a cabo el 14 de febrero de 1940.

64: José Jiménez Valdivieso:

De Paloma, en memoria de José Jiménez Valdivieso, padre de su suegro Francisco, injustamente encarcelado durante 10 años por ser republicano.

65: Antonia Lechuga:

Hecho por Paloma en memoria de Antonia Lechuga, madre de su suegro Francisco, injustamente encarcelada por la represión franquista.

66: Martín Solano Cervantes:

Una madre Coraje: No quisiera irme de este mundo sin deciros la madre tan valiente que tuve. Era hija única; mi abuela no quería que tuviese novio, pero se enamoró con sólo quince años; como su madre se oponía a ese noviazgo, mi padre, Martín Solano Cervantes, que sólo tenía dieciocho años, una noche se la llevó. Tuvieron siete hijos; mi padre era pescadero y nunca nos faltó para comer; él tenía una tartana y un caballo y se iba a la playa a comprar pescado por las tardes, y por las mañanas lo vendía en la plaza. Pero estalló la guerra y se tuvo que ir al frente y lo cogieron prisionero. Cuando se fue a la guerra mi madre estaba embarazada de mí. Estuvo tres años en prisión; cuando volvió empezó a enfermar y tres años más tarde, falleció, con sólo treinta y tres años.
Mi madre se hizo al frente del puesto del pescado: ella, y mi hermano mayor, que nada más tenía catorce años. Mi hermana tenía dieciséis años y se hizo cargo de los más pequeños; también enfermó, y tres años después de mi padre, falleció cuando sólo contaba con diecinueve. Mi madre nos sacó adelante pasando todo tipo de adversidades; de día vendía el pescado, y por la tarde cogía el caballo y la tartana y marchaba a las playas a comprar. Un día la cogieron con el pescado y la llevaron a comisaría, y de manera muy valiente se enfrentó al comisario y le dijo que no podía quitarle el pan de sus siete hijos; le dijo que, para que se los mantuviera el gobierno, mejor los mantendría ella; de esa manera podría dormir con sus hijos todas las noches.
Salió el juicio y el juez le dijo que vendiera todo el pescado, que no se volverían a meter con ella.
Yo tenía un tío, hermano de mi padre, que tenía barcos y mucho dinero, pero nunca nos ayudó; sólo le dijo a mi madre que nos metiera en la Misericordia, y ella le contestó que “mejor nos hacía un saco a cada uno para que fuésemos a coger papeles…” Mi pobre madre tuvo la desgracia de ver morir a tres de sus siete hijos, algo terrible para una madre.
Un día le escribí una de esas cosicas que yo suelo componer; dice así:
Madre que tanto sufriste,
en tu plena juventud,
pero Dios te dio paciencia
para llevar esa cruz,
que hace tiempo te atormenta

67: A mi padre:

Permitidme que tenga un sentido y cariñoso recuerdo para mi padre, que hasta su fallecimiento, a los 90 años, mantuvo un admirado sentido del deber y del honor a una palabra dada o a un juramento prestado, así como una entereza moral y física, llena de elogio, la cual le permitió el poder soportar los avatares de nuestra triste guerra civil y la campaña en África del Norte durante la Segunda Guerra Mundial, amén de su ingreso en las cárceles y los campos de concentración.
Gracias a su fortaleza moral permaneció 30 años en el exilio, pero soy una hija privilegiada, al poder acudir, cuando lo deseo, al cementerio donde reposan sus restos y ponerle flores; por eso siento dolor al pensar en todas esas personas que tienen a sus seres queridos fusilados y después de 76 años, todavía se les niega el derecho a recuperarlos y poder darles una sepultura digna junto a los suyos
¡Cómo podemos pretender que una herida mal cerrada no se engangrene o que cicatrice!
Reflexionen sobre esto último.











3 comentarios:

  1. Estoy trabajando la biografia de Francisco Poza Olives (menorquín), uno de les 16 menorquines muertos en campos de exterminio. Veo que lo citais en esta iniciativa. Si teneis más información sobre su paso por hadjerat os agradecría el contacto

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  2. El trozo 47 está dedicado a mi abuelo. Pepa muchas gracias, porque llevo dos días que no paro de leer artículos tuyos sobre la historia que rodeó la vida de mi abuelo, y mi tioabuelo (tu abuelo Enrique). Gracias a tu investigación, ahora no paro yo de intentar conocer mas. Un saludo

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  3. El trozo 47 está dedicado a mi abuelo. Pepa muchas gracias, porque llevo dos días que no paro de leer artículos tuyos sobre la historia que rodeó la vida de mi abuelo, y mi tioabuelo (tu abuelo Enrique). Gracias a tu investigación, ahora no paro yo de intentar conocer mas. Un saludo

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